miércoles, 11 de junio de 2014

Mal en el viaje.

Iría por una calle que me llevaría a la perdición. Y gritaría: ¡me siento fatal!. Tendría expectadores sin ningún interes. Y gritaría: ¡me quiero matar!. 
Lloraría por que no conseguiría el amor. Y gritaría: ¡lo triste que estoy!. Seguría caminando y estaría en circulos después. Y gritaría: ¡no puedo con esto!. 
Pero despierto, reacciono y miro lo que hay. Un ambiente putrefacto y solo yo: la triste que come sus propias lagrimas. Porque podría quejarme, podría llorar, podría matar, pero podría lamentar. 

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